Los coches, las motos, las bicis,
pasan por la carretera. Los trenes pasan por los andenes. Los aviones y los
pájaros pasan por el cielo. Los barcos pasan por el mar. Las personas pasan por
tu vida. Los años, los meses y los días pasan. Las horas, los minutos y los
segundos pasan. La vida pasa. Si, la vida pasa mientras vemos un coche pasar
por la carretera, mientras un tren sale de su estación hacia Dios sabe que
ciudad, mientras los pájaros vuelan por el cielo sin dirección, mientras hablas
con una amiga tranquilamente… La vida pasa al igual que lo hacen los días en un
calendario o los minutos en un reloj. Hay que aceptarlo. Parece que no, que
estás estancado y no sigues avanzando, pero no es así. La vida pasa sin que nos
demos cuenta. Por eso nuestro deber es aprovecharla porque, tarde o temprano,
todo tiene su fin. Salta, corre, baila, canta, escucha, habla, abraza, besa,
sal, grita, ríe, sueña… Vive. Como quieras, como puedas, pero vive. Aprovecha
cada pequeño momento que te regala la vida, porque todo tiene su fin. La vida
pasa y al final tan solo nos quedan el recuerdo de los buenos y, porque no, de los
malos momentos vividos.
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