martes, 1 de mayo de 2012

La vida pasa sin que nos demos cuenta.


Los coches, las motos, las bicis, pasan por la carretera. Los trenes pasan por los andenes. Los aviones y los pájaros pasan por el cielo. Los barcos pasan por el mar. Las personas pasan por tu vida. Los años, los meses y los días pasan. Las horas, los minutos y los segundos pasan. La vida pasa. Si, la vida pasa mientras vemos un coche pasar por la carretera, mientras un tren sale de su estación hacia Dios sabe que ciudad, mientras los pájaros vuelan por el cielo sin dirección, mientras hablas con una amiga tranquilamente… La vida pasa al igual que lo hacen los días en un calendario o los minutos en un reloj. Hay que aceptarlo. Parece que no, que estás estancado y no sigues avanzando, pero no es así. La vida pasa sin que nos demos cuenta. Por eso nuestro deber es aprovecharla porque, tarde o temprano, todo tiene su fin. Salta, corre, baila, canta, escucha, habla, abraza, besa, sal, grita, ríe, sueña… Vive. Como quieras, como puedas, pero vive. Aprovecha cada pequeño momento que te regala la vida, porque todo tiene su fin. La vida pasa y al final tan solo nos quedan el recuerdo de los buenos y, porque no, de los malos momentos vividos.

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